Miércoles, 19 Marzo 2025
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Las estafas en Instagram son cada vez más frecuentes. En este sentido, el robo o secuestro de cuentas se ha convertido en una práctica habitual en la red social. Activar el doble factor de autenticación en la plataforma es clave para sumar una llave más de seguridad y evitar hackeos. Sin embargo, los delincuentes logran su cometido a través de la técnica de phishing (suplantación de identidad).

En muchos casos, las personas reciben un mensaje directo en Instagram desde una supuesta cuenta de soporte de la red social. En algunos casos se indica que infringió una normativa respecto de los derechos de autor, por ejemplo. En gran medida, en este caso u otros, el éxito del delincuente depende de las precauciones que tome cada usuario.

En la actualidad, crece (a pasos agigantados) la cantidad de estafas en Instagram, a partir del uso de técnicas de suplantación de identidad (phishing). Y van surgiendo, asimismo, nuevos formatos de estafas. Esta semana, la consultora de ciberseguridad BTR ha detectado una nueva y peligrosa estafa que apunta a múltiples víctimas en simultáneo.

En principio, dirigida a mujeres jóvenes en Instagram, existe una modalidad en donde los ciberdelincuentes copian los nombres reales de esas usuarias y sus fotos para construir cuentas falsas casi idénticas a las originales, es decir clones.

Las cuentas “clon” se vinculan a un sitio web (similar a OnlyFans, plataforma popular que ofrece contenidos eróticos y de pornografía) que promete contenido sexualmente explícito, para lo que es necesario ingresar una tarjeta de crédito. Si bien este contenido XXX (triple X) en realidad no existe, el efecto del daño es doble. Por un lado, afecta la reputación en línea de las persona, y por otro lado, resulta vergonzoso explicar al círculo íntimo o social de qué se trata.

Reportar una cuenta falsa es difícil

Al tomar el control de una cuenta robada, los estafadores generalmente bloquean la cuenta original y las de amigos y familiares más cercanos. Reportar una cuenta falsa es difícil. Instagram demora su evaluación y eliminación días o semanas. Solo lo lleva a cabo cuando existen denuncias, nunca lo hace de manera proactiva.

La red social de Facebook ha crecido de manera constante desde su lanzamiento en 2010. A nivel mundial, Instagram tiene más de 1.000 millones de usuarios activos mensuales. Se encuentra en tercer lugar, detrás de Facebook, Youtube y WeChat.

Cada vez es más complejo y difícil investigar este tipo de delitos, y determinar la identidad y ubicación física real. Generalmente no están en el país en el que está la víctima, jurisprudencia y extradición son dos conceptos que los ciberdelincuentes conocen perfectamente.

Para monitorear si la propia imagen ha sido robada, hay que ejecutar una búsqueda de imágenes inversa. En este sentido, hay que hacer clic en el ícono de la cámara en el cuadro de un motor de búsqueda y cargar una foto de la persona. Por otro lado, según los especialistas, un efecto que impulsa el crecimiento de esta modalidad, se relaciona con que en muchas ocasiones, la víctima no denuncia la situación real en la que fue estafada.

En primera persona

Jackie Javkin es periodista y productora. Su cuenta @jackiejavkin tenía 20.000 seguidores, pero fue hackeada. “Era una cuenta profesional, que tenía desde 2013. Solía responder los mensajes que me llegaban, en abril llegaron unos mensajes de spam, y los respondí... Al día siguiente, quise ingresar a Instagram, y no podía. Me pedía que ingresara de nuevo la contraseña, la ingresaba y me decía que era inválida. Según me enteré en ese momento, esta técnica que usaron conmigo fue de phishing. Y tuve que empezar todo de nuevo. Me contacté con Instagram por lo sucedido pero no tuve respuesta hasta el día de hoy. Mi nueva cuenta es @jackie.javkin (hoy tiene 875 seguidores)”, señala Javkin a Infobae.

 

Fuente: infobae.com

Después de dominar el mercado de los vehículos eléctricos y de lanzarse a la multimillonaria carrera espacial, el multimillonario anunció que va por un nuevo hito

“Tesla es la mayor compañía de robótica del mundo porque los autos son, básicamente, robots semi-sensibles sobre ruedas. Por eso tiene cierto sentido poner eso en forma humanoide”. Con esas palabras, Elon Musk explicó en una conferencia virtual por qué decidió lanzar su “Tesla Bot”, con el que pretende eliminar “trabajos peligrosos o aburridos” como agacharse para levantar algo o ir a hacer las compras.

El impredecible emprendedor dijo el jueves que un prototipo inicial estará disponible para el próximo año y dejó una predicción de lo que sucederá gracias a este tipo de proyectos de inteligencia artificial: “En definitiva, en el futuro el trabajo físico va a ser opcional”.

Esta afirmación llega en momentos en que la compañía está bajo un creciente escrutinio por su sistema de conducción asistida, que reguladores en Estados Unidos investigan tras una serie de accidentes. Tesla es señalada de hacer creer a los conductores que los vehículos que cuentan con el llamado sistema Autopilot se pueden conducir por sí mismos.

La controversia por el Autopilot no fue discutida el jueves en la conferencia en línea de dos horas y media y tampoco se hicieron preguntas al respecto por parte de la audiencia. En cambio, Musk aseguró que su futuro robot sería benigno. Dijo que el Tesla Bot, que tendrá manos con cinco dedos y vendrá en blanco y negro, será “amistoso” y construido de tal manera que en todo caso “puedas huir de él y apagarlo”. “Esperemos que eso nunca pase, pero quién sabe”, bromeó.

Sin embargo, Musk tiene un largo historial de productos presentados que luego no pasaron de ser prototipos. En noviembre de 2017, por ejemplo, la empresa presento el Tesla Semi, un camión de carga eléctrico que cuenta con una autonomía y una velocidad superior a la de los camiones tradicionales, ademas de contar con medidas de seguridad avanzadas. Si bien el lanzamiento estaba previsto para el 2020, el ultimo comunicado de la compañía con respecto a este producto afirma que, como mínimo, habrá que esperar hasta 2022.

Por otra parte, la misión declarada de Tesla es acelerar la transición del mundo hacia la energía sostenible, asique un robot humanoide parece implicar una modificación gradual de este objetivo. El magnate no dio especificaciones acerca de como este robot se insertaría dentro de la iniciativa de energía renovable de la empresa.



Fuente: infobae.com

Científicos en todo el mundo estudian desde hace un año y medio, desde el inicio de la pandemia por COVID-19, la mejor manera de prevenir el virus respiratorio SARS-CoV-2, causante de la enfermedad que ha provocado hasta ahora 183 millones de infecciones y casi 4 millones de muertos en el planeta.

En este tiempo se comprobó que la replicación del SARS-CoV-2 se dirige a las células ciliadas nasales en las primeras etapas de la infección por COVID-19. Los estudios epidemiológicos centrados en los mecanismos de infección viral pueden proporcionar información sobre el desarrollo de tratamientos preventivos eficaces. Así, el establecimiento de la inmunidad de la mucosa nasal contra el SARS-CoV-2 a través de una vacuna nasal podría ser la forma más eficaz de combatir la infección por COVID-19. Comprender cómo se produce la infección vírica puede proporcionar pistas importantes para que los investigadores desarrollen estrategias de prevención de la transmisión vírica y desarrollen agentes terapéuticos y vacunas eficaces.

El SARS-CoV-2, el agente causante de la COVID-19, entra en las células del huésped a través de la interacción entre la proteína de espiga del virus y el dominio de unión al receptor extracelular de la ACE2. La entrada del virus en las células se completa con varias proteasas, que permiten que las membranas viral y celular se fusionen. Aunque se sabe que el tracto respiratorio superior se ve comprometido en la fase inicial de la infección, aún no se han identificado los tipos exactos de células que el virus infecta en la fase más temprana.


Científicos estudian cómo producir una vacuna más fácil de suministrar contra el coronavirus (REUTERS/Willy Kurniawan)

Dirigidos por el director KOH Gou Young, los científicos del Centro de Investigación Vascular del Instituto de Ciencias Básicas de Corea del Sur han descubierto recientemente los procesos que intervienen en las fases más tempranas de la infección por COVID-19. El grupo lo ha conseguido combinando la tinción por inmunofluorescencia (IFS) y la secuenciación de ARN unicelular (scRNA-seq) de las moléculas que intervienen en el proceso de entrada del virus. De este modo, Koh y sus colegas identificaron la diana exacta del coronavirus a nivel celular comparando los resultados de los sujetos infectados con COVID-19 con los de los controles sanos.

Los investigadores buscaron primero la presencia de las moléculas predominantes relacionadas con la entrada del SARS-CoV-2, como lo son ACE2, TMPRSS2 y FURIN, en las superficies de varios tipos de células del epitelio nasal. Se descubrió que estas proteínas estaban presentes en grandes cantidades en las células ciliadas. Además, las caras apicales (superiores) de estas células mostraban niveles más altos de estas moléculas en comparación con la cara basal (inferior). A continuación, los investigadores estudiaron más a fondo estas células epiteliales nasales utilizando scRNA-seq y visualizaron las células en diferentes grupos utilizando UMAP. Se recogieron muestras de 4 pacientes el primer día de su diagnóstico de COVID-19, que se compararon con 2 muestras de donantes sanos. Se descubrió que la fracción de células multiciliares estaba muy reducida en las muestras de los pacientes infectados, mientras que había un aumento de las células secretoras y de las células diferenciadoras. Esto indicaba que las células multiciliares eran las primeras en ser atacadas y eliminadas por el virus, que luego son sustituidas por los últimos tipos de células.

El estudio también midió el nivel de transcripciones de ARNm del SARS-CoV-2 dentro de los distintos tipos de células. Entre todas las células epiteliales de los pacientes infectados por COVID-19, el 38% de las células fueron etiquetadas como células SARS-CoV-2hi. Hasta el 75% de los genes detectados en estas células eran de origen viral, en comparación con menos del 1% para otros grupos de células. Esto significa que estas células sirven como fábricas principales para la producción masiva de virus SARS-CoV-2. Aunque no fue posible identificar directamente estas células mediante RNA seq debido a que producen principalmente ARNm viral, los investigadores emplearon un análisis de pseudotrayectoria temporal para predecir sus trayectorias de diferenciación.


Las inyecciones para vacunas COVID-19 podrían ser cuestiones del pasado para prevenir el virus

La trayectoria de diferenciación mostró que las células del SARS-CoV-2hi probablemente se originaron a partir de células ciliadas. Otros análisis de IFS en las muestras de los pacientes infectados determinaron de forma concluyente que hasta el 85% de las fábricas de SARS-CoV-2 eran en realidad células multiciliadas. Este estudio pudo determinar que las células multiciliadas del epitelio nasal son las primeras células a las que se dirige la infección temprana por COVID-19. Esto implica que dirigirse a estas células mediante tratamientos específicos, como por ejemplo a través de sprays nasales, puede ser una estrategia ideal para frenar la infección por COVID-19 en las primeras fases.

Estudio argentino de vacuna nasal

En marzo, científicos argentinos presentaron un nuevo proyecto de vacuna contra el SARS-CoV-2 a base de proteínas (RBD), que es una porción de la proteína S del virus y nanopartículas, que genera anticuerpos.

Gracias al notable y destacado trabajo que vienen llevando adelante hace tres años dos equipos de investigación del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP, CONICET-UNLP) y el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP), nació ARGENVAC 221, el potencial y posible nombre con el que se bautizaría al inoculante pensado y desarrollado por la ciencia local, particularmente por un grupo de científicos multidisciplinario de La Plata, integrado por químicos, bioquímicos e inmunólogos entre otros.

El desarrollo, que se encuentra en Fase Preclínica para todo 2021, es llevado adelante por los equipos encabezados por los investigadores del CONICET Guillermo Docena y Omar Azzaroni, del IIFP y el INIFTA respectivamente, y se basa en el uso de fragmentos de la proteína S, que se encuentra en la cubierta del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, y es el arma que este utiliza para invadir e infectar las células blanco, que son las del epitelio nasal y, principalmente, pulmonar, donde en contacto con distintos tipos de receptores se divide y multiplica para invadir otras células.


Guillermo Docena y Omar Azzaroni son los investigadores de la vacuna argentina (ARGENVAC 221 contra COVID-19)

Lo que el equipo busca es encapsular esas fracciones de la proteína en nanopartículas e inocularlas para generar los anticuerpos necesarios que permitan bloquear la entrada del virus, y provoquen la respuesta de memoria que garantice inmunidad protectora en el tiempo. “En principio, la idea es emplear este método para el desarrollo de una vacuna de tipo sistémica, que podría aplicarse por ejemplo de manera intramuscular como es el caso de las que se han obtenido para COVID-19, pero evaluamos también la posibilidad de hacerlo en una vacuna mucosal, es decir, las que se aplican en mucosas ya sea de manera intranasal o vía oral”, comenta Docena.

Si bien los equipos aunaron esfuerzos para contribuir en la lucha contra el COVID-19, los antecedentes de colaboración entre ambos datan de 2018. Para el caso del coronavirus, sumaron capacidades referidas al desarrollo y optimización de inmunoterapias para enfermedades inflamatorias e infecciosas; sistemas biológicos, patologías y métodos para evaluar la inmunidad generada por las vacunas; y sistemas basados en tecnología de nanopartículas. “Lo que proponemos es encapsular las proteínas virales en nanopartículas construidas mediante ensamblado molecular. Lo que hacemos es diseñar bloques de construcción de manera tal que al ponerlos en una solución se ensamblan espontáneamente formando una nanopartícula”, cuenta Azzaroni, y continúa: “Las características de este tipo de ensamblados hacen que sea posible encapsular diferentes elementos biológicos de manera relativamente controlable, lo que tiene potencial interés en el desarrollo de vacunas”.

En el camino por desarrollar la vacuna, se encuentran estudiando distintos protocolos de administración para implementar durante la etapa de experimentación en animales, y estudiando las respuestas inmunes inducidas.


Fuente: diariochaco.com

Los investigadores que desarrollan la vacuna COVID-19 de Oxford-AstraZeneca identificaron biomarcadores que pueden ayudar a predecir si alguien estará protegido por el pinchazo que reciba, advierte un informe publicado en la prestigiosa revista científica Nature.
 
El equipo de la Universidad de Oxford, Reino Unido, identificó un “correlato de protección” de las respuestas inmunitarias de los participantes del ensayo, el primero que encontró cualquier desarrollador de vacunas COVID-19. La identificación de estos marcadores sanguíneos, dicen los científicos, mejorará las vacunas existentes y acelerará el desarrollo de otras nuevas al reducir la necesidad de costosos ensayos de eficacia a gran escala.
 
“Nos gustaría tener una medida de anticuerpos que sea una guía confiable para la protección porque podría acelerar la autorización de nuevas vacunas”, advierte David Goldblatt, vacunólogo del University College de Londres.
 
Las nuevas formulaciones de vacunas contra la influenza, por ejemplo, generalmente se juzgan por si desencadenan una respuesta de anticuerpos lo suficientemente fuerte contra una proteína viral en un número relativamente pequeño de personas, en lugar de en ensayos grandes que buscan reducciones en las tasas de infección. Los investigadores y reguladores esperan hacer lo mismo con las vacunas COVID-19.
 
“El poder de un correlato en las vacunas es profundo”, dice Dan Barouch, director del Centro de Investigación de Virología y Vacunas del Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston, Massachusetts. “Si existe una correlación confiable, entonces se puede utilizar en ensayos clínicos para tomar decisiones sobre qué vacunas es probable que funcionen, qué forma de vacunas es probable que funcionen o cuán duraderas serán las vacunas”.
 
BUSCANDO MARCADORES
 
Los correlatos de protección generalmente se determinan comparando las respuestas inmunes de los participantes del ensayo que estaban protegidos por una vacuna con las de los “casos de avance”: voluntarios que recibieron una vacuna pero aún así se infectaron.
 
“Pero debido a la alta eficacia de muchas vacunas COVID-19, los desarrolladores han tardado más de lo esperado en determinar los marcadores de protección de la vacuna sobre la base de casos innovadores”, dice Peter Dull, subdirector de Desarrollo de Vacunas Clínicas Integradas en Bill & Melinda Fundación Gates en Seattle, Washington.
 
En ausencia de estudios de casos innovadores, varios equipos han intentado determinar un correlato de protección para las vacunas COVID-19 comparando los datos publicados sobre la eficacia de la vacuna con los de ensayos anteriores que midieron las respuestas inmunitarias a los jabs.
 
Estos estudios sugieren que los anticuerpos “neutralizantes” que bloquean el virus son un buen predictor del éxito de una vacuna. Aquellos que desencadenan altos niveles de estos anticuerpos, como los jabs Pfizer-BioNTech y Moderna, son más efectivos que las vacunas Oxford-AstraZeneca y Johnson & Johnson, que generaron niveles relativamente bajos de anticuerpos neutralizantes.
 
El estudio de Oxford-AstraZeneca confirma la relación entre niveles más altos de anticuerpos neutralizantes y protección. El análisis, dirigido por el bioestadístico de Oxford Merryn Voysey, comparó las respuestas inmunitarias en 171 casos de avance con las de más de 1.404 personas que recibieron la vacuna y no desarrollaron una infección sintomática.
 
Los participantes que tenían niveles más altos de anticuerpos neutralizantes, así como anticuerpos “de unión”, que reconocen la proteína de pico SARS-CoV-2, tendían a obtener una protección más fuerte, pero no total, contra una infección sintomática, determinó el equipo de Oxford. El equipo utilizó un modelo para estimar los niveles de anticuerpos que correspondían a diferentes niveles de protección de la vacuna contra COVID-19 en los ensayos, que van desde el 50% al 90% de protección. Se puede esperar que otras vacunas que desencadenan respuestas de anticuerpos similares generen niveles similares de protección contra infecciones sintomáticas, aseguran los investigadores.
 
Miles Davenport, inmunólogo de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, Australia, señala que no hubo diferencias significativas en las respuestas de anticuerpos neutralizantes de las infecciones de avance y los controles. Esto podría ocurrir si los jóvenes con mayor riesgo de infección, por ejemplo, porque tienen más contactos sociales, también tuvieran niveles más altos de anticuerpos. El equipo de Oxford tuvo en cuenta esta superposición en su modelo al estimar el riesgo de infección de los participantes. Sin embargo, Davenport dice que es un desafío identificar los niveles de anticuerpos protectores en función del riesgo estimado, en lugar de las diferencias observadas en los niveles de anticuerpos, lo que habría sido posible solo si hubiera diferencias claras entre los avances y los controles.
 
Para Goldblatt, no es seguro si los niveles de anticuerpos establecidos en el estudio podrán predecir el éxito de otras vacunas, particularmente las que se basan en diferentes tecnologías. “No queremos desarrollar algo solo para una vacuna o un tipo de vacuna”, subraya. “Tenemos a todos estos fabricantes en todo el mundo, desarrollando vacunas basadas en diferentes plataformas”.
 
La vacuna Oxford utiliza un adenovirus de chimpancé inofensivo para instruir a las células a producir la proteína de pico SARS-CoV-2, mientras que las desarrolladas por Moderna y Pfizer-BioNTech utilizan moléculas de ARN para hacer esto. Otras vacunas COVID-19 administran la proteína en sí o versiones inactivadas de todo el virus SARS-CoV-2.
 
Otro equipo está trabajando en correlaciones de protección para las vacunas respaldadas por el gobierno de los Estados Unidos, incluidas las de Moderna y Johnson & Johnson. Se espera el análisis de Moderna pronto.
 
PREDECIR LA PROTECCIÓN
 
Philip Dormitzer, vicepresidente y director científico de vacunas virales de Pfizer, dice que no está claro si los altos niveles de anticuerpos neutralizantes explican la protección que ofrece la vacuna de la compañía. Sus niveles son indetectables en la mayoría de las personas antes de recibir una segunda dosis, pero los ensayos clínicos y los estudios del mundo real sugieren que la vacuna ofrece una fuerte protección después de una dosis. Los anticuerpos neutralizantes también hacen un mal trabajo al predecir la eficacia de la vacuna contra variantes, dice, y sus niveles disminuyen con el tiempo.
 
Dormitizer y otros investigadores advierten que es importante distinguir entre los biomarcadores que pueden simplemente predecir el éxito de las vacunas y los que son responsables de sus efectos protectores. Además de neutralizar los anticuerpos que bloquean la infección en los ensayos de laboratorio, las vacunas desencadenan anticuerpos con otras propiedades, así como células T que eliminan las células infectadas y apoyan otras respuestas inmunitarias. Todas estas partes de la respuesta inmunitaria podrían tener un papel en la protección.
 
“En última instancia, dependerá de los reguladores decidir cómo aplicar correlatos de protección para las vacunas COVID-19″, indica Dull. Esto ya está empezando a suceder. El regulador de medicamentos del Reino Unido ha señalado que podría aprobar una vacuna con SARS-CoV-2 inactivado, desarrollada por la empresa francesa de biotecnología Valneva, si desencadena niveles más altos de anticuerpos que la vacuna Oxford-AstraZeneca en un ensayo de 4.000 participantes.
 
Dull dice que es importante actuar con cuidado al determinar y aplicar correlatos de protección a las vacunas COVID-19. Si las vacunas aprobadas sobre la base de un biomarcador resultan tener un rendimiento deficiente en el mundo real, podrían socavar los esfuerzos de inmunización. Pero espera que los desarrolladores, reguladores y partes interesadas puedan resolver pronto algunas respuestas. “Estamos en una era en la que existe una capacidad limitada para realizar nuevos estudios de eficacia. Vamos a conseguir más vacunas en el futuro”, concluye.

Fuente: infobae.com