Jueves, 16 Octubre 2025
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El presidente electo tiene previsto un plan de desarrollo en el sureste de México que, asegura, detonará el empleo para mexicanos y centroamericanos.

En medio del progresivo arribo a la Ciudad de México de los migrantes centroamericanos que viajan en caravana rumbo a Estados Unidos, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, anunciará este miércoles su política para atender la migración.

Entre las medidas previstas está la expedición de visas de trabajo temporales para centroamericanos salen de sus países por falta de oportunidades y un plan de desarrollo regional en el sureste de México que beneficie a los migrantes.

En octubre pasado, durante su gira de agradecimiento por el país, adelantó que su gobierno ofrecerá trabajo y apoyo a los migrantes. "En México, a partir del 1 de diciembre, vamos a ofrecer empleo a migrantes centroamericanos", dijo en Tamaulipas.

Su propuesta, como ha adelantado, considera emplear a trabajadores migrantes en el proyecto de desarrollo para la zona sur-sureste, un plan que incluye la siembra de 1 millón de árboles frutales y maderables, el desarrollo de la zona del Istmo de Tehuantepec y la construcción del tren Maya que conectará Chiapas con Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

López Obrador aseguró que esos y otros proyectos detonarán 400.000 puestos de trabajo que alcanzarán para incluir a migrantes centroamericanos.

También se ha comprometido a impulsar un programa de desarrollo para Centroamérica, en conjunto con Estados Unidos y Canadá, para que los tres países inviertan en la región.

"Nosotros estamos dispuestos a destinar recursos a ese plan, y que hagan lo mismo los estadounidenses y los canadienses", dijo en su momento.

López Obrador anunciará su política de atención a los migrantes, previo a la reunión que sostendrá con ellos este jueves 8 de noviembre, según informaron los representantes de la caravana migrante en la asamblea que realizaron la noche de este martes.

Fuente: infobae.com

El juez Sérgio Moro, de la Operación Lava Jato, negó hoy que su designación como ministro de Justicia del gobierno del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, sea una "recompensa" por haber condenado a prisión al principal líder opositor, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
 
En rueda de prensa en Curitiba, estado de Paraná, el juez, que se tomó vacaciones para asumir en enero el cargo de ministro, dijo que no quiere tener una carrera política o electoral, con lo descartó una posible candidatura presidencial para 2022.
 
Moro anticipó que el gobierno de Bolsonaro, bajo su gestión en la cartera de Justicia, no realizará "persecución política" a opositores o a las minorías y sostuvo que el presidente ultraderechista electo "se ha moderado" en la campaña electoral al ser preguntado sobre la reivindicación de su nuevo jefe político de la dictadura y la tortura.
 
Moro reveló que fue contactado durante la campaña para el balojate entre Bolsonaro y el candidato derrotado, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, mientras seguía a cargo de la Operación Lava Jato.
 
El juez, que dejará el cargo el próximo mes para asumir el 1 de enero junto con el gobierno de Bolsonaro, negó que haber condenado a Lula, que era el favorito en la elección, tenga que ver con su decisión.
 
"Lo que existe es que un delito fue descubierto, investigado y probado y las cortes cumplieron con la ley. No puedo pautar mi vida con una coartada falsa de persecución política", dijo Moro.
 
El PT denunció, en paralelo, a Moro por desvío de funciones y otros delitos ante el Consejo Nacional de Justicia, el equivalente al Consejo de la Magistratura argentino, por haberse sumado al gobierno que logró llegar al poder aprovechando la inhabilitación de su rival, Lula.
 
Moro condenó a Lula en julio de 2017 y la pena fue ratificada por la cámara de Porto Alegre el pasado enero, con una sentencia de 12 años y un mes de prisión por corrupción en la Operación Lava Jato.
 
El futuro ministro anticipó que trabajará para facilitar la posesión de armas -primera promesa de Bolsonaro- y negó que los movimientos sociales serán tratados como "terroristas", aunque dijo que no pueden ser tratados como "inimputables".
 
Moro prometió una agenda contra la corrupción con un paquete de medidas a ser enviadas al Congreso, así como acciones contra el crimen organizado basado en la lucha que Nueva York realizó contra las familias de la llamada "mafia" de esa ciudad estadounidense en los años ochenta y noventa.
 
En una rueda de prensa de 1 hora y 35 minutos en Curitiba, donde reside y trabaja en la coordinación de la Operación Lava Jato, Moro dio varias definiciones: la primera que no es un político sino un "técnico" y que no buscará presentarse a elecciones, descartando un posible plan 2022.
 
Por otra parte, dijo que Bolsonaro se "ha moderado" en sus posiciones ultraderechistas y que con el presidente electo tiene divergencias y coincidencias pero que será un "subordinado".
 
Moro dijo que "no es momento por ahora" de especular sobre un posible lugar en el Supremo Tribunal Federal cuando, a partir del año próximo, comience a haber vacantes.
 
Agregó que aplicará las fórmulas de la Operación Lava Jato que descubrió la corrupción en Petrobras en el Ministerio de Justicia y de Seguridad Pública.
 
"Me perturbaba que pueda terminarse este ciclo de lucha contra la corrupción, entendí que siendo ministro puedo poner en marcha una actualización y robustecimiento".
 
Los temás polémicos dominados por Bolsonaro en su agenda de mano dura serán potestad de Moro en el ministerio, un superministerio en opinión de muchos, porque concentrará también el órgano de fiscalización de lavado de dinero que hasta ahora estaba en manos del Ministerio de Economía.
 
Moro se mostró a favor de la agenda de Bolsonaro de revisar la legislación para "proteger al policía" en casos de tiroteos, sobre todo contra el narcotráfico en Río de Janeiro, y de reducir la edad penal de 18 a 16 años en casos de delitos graves como homicidio y violación.
 
"Todo el trabajo será respetando la Constitución pero esto no quiere decir falta de efectividad", afirmó Moro.
 
El magistrado deberá enfrentar también en los próximos días un pedido para anular su sentencia hecho por un habeas corpus por parte de la defensa de Lula ante la Corte Suprema.
 
El ministro de la corte Edson Fachin, a cargo de Lava Jato, recibió el pedido y lo remitió a la Sala II del máximo tribunal, integrada en su mayoría por magistrados considerados garantistas que han votado ultimamente contra Moro.

Fuente: Noticias Argentinas

Se renuevan las 435 bancas de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

Estados Unidos será escenario hoy de una batalla electoral que tendrá repercusiones políticas en Washington y a escala mundial: si Donald Trump mantiene la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y el Senado, su proyecto político habrá recibido un respaldo inapelable pese a la agenda disruptiva y bélica que ejecutó el presidente de los Estados Unidos desde su llegada a la Casa Blanca. En cambio, si Trump pierde la mayoría entre los Representantes como anticipan los últimos sondeos de opinión, su proyecto de poder habrá sufrido una derrota que condicionará su eventual reelección presidencial y su pretensión de imponer un nuevo orden global.

La Cámara de Representantes (diputados en nuestra nomenclatura institucional), puede transformarse en el primer escollo político para detener la blitzkrieg de Trump. Cada dos años, se renueva la totalidad de los representantes (435 bancas), que actualmente se distribuyen en 241 escaños para los republicanos y 194 para los demócratas. Las encuestas sostienen que es posible que la mayoría de los representantes quede en manos de los demócratas, una circunstancia política que trabaría la ofensiva permanente de Trump destinada a demoler el estado de bienestar y beneficiar a la elite americana.

El Senado tiene 100 bancas y renueva 35 en total. Y de esas 35, a los demócratas le pertenecen 26, un número que es complejo para mantener y encima sumar dos bancas más para obtener la mayoría en la Cámara Alta. Los sondeos opinión aseguran que será una sorpresa si los republicanos pierden la mayoría en el Senado.

Las elecciones en Estados Unidos no son obligatorias y hoy es un día laborable. La tendencia histórica asegura que la administración en funciones –no importa si es demócrata o republicana-, siempre pierde una cámara en las elecciones de medio termino. Sucedió con George Bush y también con Barack Obama.
 
En este contexto, una victoria de Trump en ambas cámaras despeja su camino para profundizar su agenda local, fortalecer su propuesta de nuevo orden global e iniciar la marcha forzada hacia una eventual reelección presidencial. La economía en Estados Unidos se encuentra en una curva de crecimiento y el índice de desempleo baja todos los meses.

El Presidente está en niveles aceptables de imagen pública y su discurso misógino, conservador y discriminatorio aparece vencido por una bonanza económica que mimetiza las acusaciones que enfrenta por sus presunta vinculación con los hackeos sufridos por Hillary Clinton en la campaña de 2016. Trump es investigado por el FBI y en DC no se descarta un eventual juicio político, si los demócratas recuperan la mayoría en la Cámara de Representantes.

El triunfo de Trump frente a Clinton barrió con todos los referentes políticos del partido republicano. Y la derrota de Hillary ante el empresario inmobiliario, terminó con la dinastía Clinton. Ningún candidato demócrata se respaldó en Bill o Hillary para hacer campaña, mientras que Obama y su esposa Michelle aparecieron criticando a Trump y solicitando el voto para derrotar al Presidente de los Estados Unidos.

En semejante lógica de poder, Trump aparece beneficiado. No hay adversario republicanos a la vista y ya no es tiempo de los demócratas Bernie Sanders o John Kerry. Michael Bloomberg, ex alcalde de New York, propietario de una prestigiosa agencia global de noticias y con pasado republicano, medita si se presenta como candidato independiente demócrata para lidiar con Trump. Bloomberg sería un adversario fantástico para Trump, pero aún no decidió su futuro político y personal.

La importancia de las elecciones también se pueden medir por su costo y por los candidatos que buscan llegar al Capitolio. El Center por Responsive calcula que se habrán gastado más de 5.000 millones de dólares, una cifra que es inédita para un comicio de medio término. El presidente busca consolidar su proyecto político y los demócratas con un regreso triunfal a la Casa Blanca. Estos son los argumentos que permiten entender por qué esta campaña costará más de 5.000 millones de dólares.

Alexandria Ocasio-Cortez atendía la barra del Flats Fix, un bar para millenials que está en Manhattan. De origen portorriqueño, llegó a la universidad de Boston porque sus padres trabajaron noche y día, y se graduó con buenas notas en Economía y Política Exterior. Ya con su título universitario, Ocasio-Cortez aprendió la práctica política con Edward Kennedy y Sanders, volvió al Bronx y venció al "King" Joseph Crowley, un barón demócrata que la dobla en edad, en recursos financieros y en contactos con el poder. Si Ocasio-Cortez derrota al candidato republicano, será la mujer más joven en el Capitolio.

El caso de Alexandria Ocasio-Cortez, no es un hecho atípico y extraordinario. Junto a la camarera de Flats Fix se alinean una candidata musulmana a la Cámara de Representantes, una posible primera gobernadora transgénero de Vermont y una eventual primera gobernadora negra de Georgia. Todas son candidatas demócratas, y todos pueden hacer historia en los Estados Unidos.

En Buenos Aires, Brasilia, Caracas, la Habana, el DF, Otawa, Paris, Londres, el Vaticano, Berlín, Moscú, Beijing, Tokio, Pyongyang, Tel Aviv, Teherán y Riad se leerán con mucha atención los resultados de hoy en Estados Unidos.

Si Trump vence a los demócratas y mantiene su mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, su proyecto de orden global será profundizado a tambor batiente. Washington no quiere los tratados multilaterales, rechaza el acuerdo de Cambio Climático, está en guerra comercial con China, diseña proyectos opacos para Medio Oriente y Venezuela, y niega la solidaridad internacional para los millones de refugiados que sueñan con una vida mejor.

En cambio, una derrota en las elecciones de medio término, ponen a Trump en una coyuntura histórica. Los protagonistas mundiales tendrán un argumento de política doméstica para enfrentar sus deseos imperiales, que aún ponen en jaque la estabilidad global.

A la medianoche se sabrá, si el mundo tiene una nueva oportunidad para detener un proyecto de poder con final incierto, que todos los días Trump anuncia en los 140 caracteres de su tuit presidencial.

 

Fuente: infobae.com

Jair Bolsonaro, candidato del Partido Social Liberal (PSL), se impuso este domingo en segunda vuelta y es el nuevo presidente de Brasil, rompiendo el liderazgo del Partido de los Trabajadores (PT) en las últimas cuatro elecciones.

 
El capitán de la reserva del ejército brasileño y diputado federal desde hace más de dos décadas alcanzaba el 55,14% de los votos y superó de esta forma al candidato petista Fernando Haddad, que obtuvo el 44,86%, de acuerdo a los resultados oficiales publicados por el Tribunal Superior Electoral, con el 99,95% de los votos escrutados.
 
La participación en estas elecciones marcadas por la polarización, el descrédito del PT luego del encarcelamiento de su líder, Luiz Inácio Lula da Silva, y el surgimiento de la polémica figura de Bolsonaro, un ultraderechista que promete una guerra contra el crimen y la corrupción y que fue apuñalado en plena campaña, se ubicó en el 78,71%.
Fuente: diariochaco.com